
Trabajando un junípero taiwanés en el Studio Botanico
Primer encuentro con un junípero de grandes dimensiones
6/30/20258 min read
Si hay algo importante en el proceso del bonsái, a mi modo de ver, es poder especializarse y aprender de quienes más saben. En ese proceso de búsqueda, y después de varios años como autodidacta, me contacté con el maestro Salvatore Liporace. Ya lo conocía desde hace algunos años —nadie puede desconocer su trayectoria—, pero después de ver una charla online al inicio de la pandemia, me convencí aún más de que quería seguir aprendiendo bajo su tutela. Tras más de un año de tutoría online, y ya con la pandemia fuera de la ecuación, el 2022 partí a Italia para estar un mes en el Studio Botánico y comenzar mi aventura en la Escuela Europea de Bonsái.
Toda esta introducción es solo para contarles sobre mi primer trabajo con un junípero de buena calidad y gran tamaño. Hasta ese momento, mi experiencia con juníperos era la que te puede entregar un ejemplar de vivero. En Chile es muy difícil encontrar material (hablando de juníperos) de calidad. No tenemos especies nativas de juniperos, por lo tanto, el yamadori no existe en esta especie, y tampoco contamos con una producción como sí la tienen los brasileños. Así que, para poder trabajar material interesante de junípero, es necesario salir fuera de Chile.
Ver un árbol de calidad en internet o en un libro te da una idea del nivel del material que hay afuera, pero luego ver el material en vivo y trabajarlo, te cambia por completo la perspectiva.
Cuando trabajas arboles importantes de tu maestro o clientes, lo que uno siempre espera es que el árbol haya respondido bien a todos los trabajos realizados. Al año siguiente, el maestro me comentó que el árbol estaba perfecto, que había respondido de mil maravillas a todo el trabajo y estrés al que fue sometido. Significa que hice un buen trabajo desde lo técnico, y eso fue muy reconfortante.
¿Qué te parece este paso a paso para trabajar un junípero? ¿Tienes planeado estudiar con un maestro?
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¡Nos vemos en un próximo post!
Te invito a seguir leyendo, comentar y compartir tu propio camino.
¡Bienvenido a Bonsai Chiloé!
Primero, el maestro me explicó el orden de trabajo: limpieza de la parte aérea, limpieza de la madera, trabajo de madera viva y muerta, alambrado y posicionamiento de ramas. Ese orden me hizo mucho sentido. Es importante tener un flujo de trabajo que te permita avanzar sin desarmar lo ya hecho; ir desde el trabajo más bruto al más delicado, del interior del árbol hacia el exterior, y de abajo hacia arriba.
Partí limpiando el árbol, eliminando todos los frutos, luego removí ramas secas y otras que obviamente no iba a utilizar. Estuve un par de horas solo en la limpieza debido a lo grande del árbol.
Ahora vamos al junípero en cuestión.


Juniperus Formosana (taiwanes) antes de trabajar.
Terminada la limpieza del follaje, comencé a trabajar la madera. Aquí fue cuando, por primera vez, sentí lo que era trabajar la madera de un junípero. El tronco estaba completamente cubierto por corteza vieja (gris) y suelta. Es ahí donde se alojan todo tipo de plagas, por lo que es importante retirarla. Además, al removerla y llegar a la corteza sana, aparece ese bello color rojizo característico de los juníperos. Afrontar un árbol con estas características sin experiencia previa es todo un proceso: la corteza suelta y vieja tiene un color gris que se mezcla con las zonas de madera muerta, por lo que hay que ir descubriendo con cuidado qué parte está viva y cuál muerta.
El retiro de esta corteza tiene momentos fáciles y otros más complejos. Mucha está suelta y sale fácilmente, pero hay un tipo que está en un estado intermedio, aún adherida, y esa es la más difícil de quitar. Ahí, con la ayuda de unas herramientas brasileñas que tenía mi maestro —un “estilete”—, pude ir retirando la corteza pedazo a pedazo, con el cuidado de no herir el árbol, algo muy fácil de hacer, ya que la corteza nueva es muy delgada.
Una de las cosas que más me llamó la atención, y que desde entonces adopté como práctica habitual, fue no pasar el cepillo metálico sobre la parte viva. Se ve mucho el uso de este cepillo para retirar corteza vieja, pero el maestro me dijo que no lo usara, ya que es muy fácil dañar la corteza nueva. Y claro que tenía razón. Así que retiré la mayoría con el estilete y un cuchillo, y utilicé un cepillo de cerdas plásticas para los restos más pequeños.


Una vez limpia la vena viva del junípero, comencé con la limpieza de la madera muerta. Como en esta etapa ya tenía certeza de dónde terminaba la parte viva y comenzaba la muerta, pude trabajar con más tranquilidad. Aquí sí utilicé el cepillo metálico, para remover suciedad y hongos, y con ayuda del cepillo plástico y agua limpié completamente el tronco, dejándolo listo para la siguiente etapa.


1. Vista general del junipero antes de comenzar la limpieza de la madera.


Imágenes del proceso del retiro de la corteza vieja.


Para finalizar el trabajo de la madera, apliqué líquido de jin sobre toda la zona muerta, y el resultado quedó excelente. El contraste entre la vena viva y la madera muerta era un espectáculo. Hasta ese punto, el trabajo había sido muy gratificante, con muchos aprendizajes. Les dejo una imagen del tronco ya finalizado.
Cuando estudias con un maestro, no solo haces una cosa a la vez. En este caso, una vez terminada la parte del tronco, tuve que ayudar con acodos en otros árboles del jardín, visitar jardines de clientes, apoyar a otros alumnos, y entre muchas otras cosas fui a ver una linda muestra de un club del norte de Milán. Eso es lo bueno de tener estas experiencias: no se trata solo de un curso, sino que vives el día a día del jardín. Y esa riqueza es invaluable.


Proceso de trabajo de madera muerta.
Mi primer trabajo allá fue sobre un junípero taiwanés mediano. Como cualquier alumno nuevo, fui sometido a una especie de “evaluación”: demostrar mi nivel de alambrado y capacidades técnicas, que los maestros observan con solo verte trabajar por unos minutos. El maestro ya me conocía de más de un año de tutoría online, pero necesitaba verme en acción, y al comprobar que podía llevar a cabo el trabajo, me entregó el siguiente junípero para trabajar.


Eliminación de frutos y ramas secas. Aquí se puede apreciar el tamaño del árbol.




2. Detalle del tronco y la corteza vieja.
3. Detalle corteza en ramas superiores.




Luego, pasé a trabajar la madera muerta usando solo herramientas manuales. Se mejoraron maderas muertas existentes y se eliminó una rama grande que salía hacia el frente y cubría la línea del tronco. El maestro pidió eliminarla y formar un nuevo jin, el cual tuve que unir al shari existente para que fuera parte de la composición total, y no pareciera un elemento suelto. El resultado me gustó mucho: el nuevo jin se fusionó completamente con el resto del shari. También hice algunas maderas muertas nuevas a partir de ramas que eliminé por indicación del maestro. En esta etapa, repasé el límite entre la madera muerta y la vena viva, reabriendo el labio de cicatrización que, en algunas partes, tendía a cubrir zonas de madera muerta.
Imágenes del proceso de limpieza del frente y espalda de tronco.










La primera parte del trabajo listo. Imágenes después de la aplicación del liquido de jin.


Visita a una muestra de un club al norte de Milán. En primer plano un bello junípero de Luigi Maggioni, "La Bailarina", árbol inicialmente trabajado entre Luigi Maggioni y Salvatore Liporace, que incluso ganó un premio BCI allá por el año 2000 y también en la Expo UBI del 2021.
Volviendo al junípero: ya con el tronco listo, comencé a trabajar la parte aérea. Como comenté antes, siempre siguiendo un orden. Empecé alambrando desde abajo. A diferencia del material de vivero que uno puede conseguir en Chile —donde debes decidir por dónde empezar, cuál es la línea del tronco, qué ramas dejar o eliminar, etc.—, este era un material mucho más avanzado, con bastante trabajo previo. Por lo tanto, las ramas existentes se iban a mantener. El maestro no mencionó ningún cambio radical de diseño, así que mi tarea era alambrar todo y ordenar el árbol lo mejor posible. Una tarea no menor, considerando que nunca me había enfrentado a un árbol de este tamaño.
El alambrado es quizás donde más se evidencia tu falta de experiencia si no estás preparado. Es una de esas técnicas en las que se nota mucho tu nivel. Por suerte, mi técnica estaba bastante decente; el maestro quedó a gusto con mi forma de alambrar, aunque me dio varios consejos para mejorar detalles. Son observaciones que solo pueden entregarse en persona cuando te ven trabajar.
Así pasé, creo, dos días alambrando, tratando de acomodar las ramas y el follaje lo mejor posible, adelantándome a lo que el maestro quería como resultado final. Hasta ese punto, me sentía bastante satisfecho con el resultado, pero la puesta a punto final le correspondía al maestro, que debía hacer su magia.
Lo siguiente es algo que he contado varias veces y que reafirmó que mi decisión de ir a Italia fue la correcta: ver trabajar al maestro. Ver cómo mejoró todo en solo unos minutos y con un par de movimientos fue impresionante. El resultado habla por sí solo: el árbol quedó maravilloso. Sin dudas, fue el trabajo más completo e interesante de mi mes en Italia.








Árbol alambrado casi en su totalidad y posicionamiento de estructura primaria.
Definición de nuevo angulo de plantado, eliminación de algunas ramas y posicionamiento general del follaje.
Trabajo de definición junto al maestro y puesta a punto final del maestro.
Foto oficial del trabajo terminado. Studio Botanico. Italia 2022