Errores típicos por lo que se mueren nuestros árboles

Te cuento algunas de las razones por las que se me murieron algunos de mis árboles

5/2/202511 min read

Cuando comenzamos en este recorrido del bonsái, solemos cometer algunos errores que son normales y que claramente nos van haciendo crecer. Pero siempre pienso que me hubiese gustado tener a alguien cerca que me hubiese ayudado un poco y quizás haber evitado ciertos errores que atrasan la evolución de uno como bonsaika y que, algunas veces, lamentablemente nos hacen perder un árbol.

Recuerdo que cuando empecé, mi conocimiento provenía de libros y algunos blogs, pero no conocía a nadie relacionado al bonsái. Y como vivía en una isla donde nadie sabía de bonsái, no tenía referencia alguna, y justamente esa era la raíz de todos mis problemas al principio. Entonces, aunque sabía cosas en la teoría y las probaba, no tenía a nadie al lado que me dijera: "¡Oye! Eso no se hace así" o "¡Bien! Así es la manera correcta". Y cualquiera que haya aprendido un oficio sabe que el conocimiento que se traspasa de persona a persona es invaluable.

Bueno, y cuando se me ocurrió escribir sobre esto y comencé a recordar por qué se me murieron los primeros árboles, ya con una mirada más amplia en el tiempo, te puedo decir que todo al final decanta en la falta de guía. Así que te voy a dar un par de consejos a seguir.


Gracias por pasar por aquí. Si te interesa este arte, si estás pensando en empezar, si tienes dudas o simplemente quieres inspiración verde… este espacio es para ti.

Te invito a seguir leyendo, comentar y compartir tu propio camino.
¡Bienvenido a Bonsai Chiloé!

1.- Ten un Profesor/Maestro/Guía

Lo más importante, como ya lo mencioné. Un guía, del nivel que sea, siempre será la mejor forma de evitar errores. Aprender de los errores del resto es la manera más inteligente de avanzar firme y tener la menor cantidad de caídas, porque caídas tendrás sí o sí, pero lo primordial es evitar las grandes. En mi experiencia personal, cuando comencé, estuve muchos años como autodidacta y mi avance fue lento. Maté varios árboles solo por ignorancia. Pero en un momento tomé la decisión de buscar un guía, en mi caso mi maestro, y todo empezó a fluir.


3.- Revisemos el sustrato que ocupamos

Lo primero: sabía que en bonsái se utilizaba sustrato inorgánico, pero una cosa es ver una foto o un video, y otra muy distinta es ver a alguien usar el sustrato, poder tocarlo, entender las diferencias entre pomice, grava volcánica o akadama. Obviamente, los primeros años hacía mezclas muy malas sin entender cómo debía componerse un suelo.

Si recién estás leyendo uno de mis artículos, te cuento que vivo en un lugar de mucha, pero mucha lluvia, más de 2000 mm al año. Entonces, mis sustratos muchas veces retenían más agua de la necesaria, y los problemas de hongos en raíces fueron mis mayores dolores de cabeza.

Creo que poder identificar el sustrato es de lo más complejo si nunca has tenido sustratos para bonsái en tus manos. Me acuerdo que la primera vez que vi la akadama japonesa, me di cuenta de la diferencia con las volcánicas chilenas que yo tenía a mano. El sustrato al final es una receta que vas a tener que descubrir, porque debe ser capaz de responder tanto a tu clima como a tu especie específica de árbol y sus necesidades especiales.

Un ejemplo: el hinoki (Chamaecyparis obtusa nana) en donde yo vivo necesita un sustrato ultra drenante, ya que cuando queda algo de agua en el macetero, aparecen hongos radiculares y empieza a morir el follaje. En cambio, el chilco (Fuchsia magellanica), si lo coloco en un sustrato muy drenante, se muere. Y eso que llueven 2000 mm al año, pero ni la lluvia continua le sirve si el sustrato no retiene agua. Así que para ese árbol, mi mezcla drena pero mantiene mucha humedad y agua disponible.

Lo importante es entender las características que debe tener un buen sustrato y armarlo de acuerdo a tus posibilidades.

2.- Elección de la especie:

Creo que ya lo comenté en un artículo anterior. Pero NO trabajes especies que no se dan bien en donde vives. Cuando uno se mete en el mundo del bonsái, muchas veces se deja llevar y quiere tener todas las especies, o quiere hacer un bonsái de una especie que es japonesa o tropical. Aquí lo importante es no perder el tiempo ni matar árboles. Así que si la especie no la encuentras en viveros locales, o algún bonsaika amigo de tu ciudad no la tiene, estudia bien los requerimientos de ese árbol antes de intentar.

Como experiencia, intenté hace unos años con Ficus Tiger Bark y se me murieron casi todos. Aunque logré mantener vivos un par, claramente no estaban a gusto en mi clima. Los sobrevivientes los envié a la zona central de Chile, donde ahora viven y se desarrollan mucho mejor.

Ficus Panda sufriendo el otoño de mi jardín. El frío y humedad fue una combinación muy desfavorable para este árbol.

Sustrato volcánico que utilizo como base para mi mezcla. Esta grava volcánica de poca retención de agua me permite controlar efectivamente el agua disponible para el árbol.

Durante mi primer año en la Escuela Europea en Studio Botánico Milán, trabajando junto a otros alumnos.

4.- Riego

La principal razón de muerte de un bonsái en manos de una persona novata suele ser el riego: falta de riego es igual a árbol muerto por deshidratación. Pero aparte de la obviedad de esta afirmación, te entrego algunos tips para el riego.

Primero, el sustrato correcto, que ya te comenté en el punto anterior.

Segundo, la especie: algunas son de alto consumo hídrico y otras de bajo consumo. Esto, junto al tipo de sustrato, determinará la cantidad de agua necesaria para tu árbol.

Tercero, el tamaño de la maceta: los árboles pequeños de tamaño mame o shito, que están en macetas diminutas, en verano se deshidratan a velocidades mucho mayores, así que tendrás que regar más seguido o puedes utilizar areneros para mantener la humedad de esas macetas pequeñas.

Cuarto, si tienes que salir de vacaciones y decides utilizar riego automático, debes saber que tener un sistema bien ajustado es casi imposible. Lo más probable es que algunos árboles reciban demasiada agua y otros muy poca.

Si no tienes otra opción, ajusta siempre el riego hacia el exceso: es preferible lidiar con las consecuencias del sobre riego que con la deshidratación, que sí o sí terminará en la muerte del árbol.

5.- Mala aplicación de las técnicas

Las técnicas que aplicamos en nuestros bonsáis son situaciones de estrés a las que sometemos al árbol, como por ejemplo el trasplante, la poda, el alambrado, etc. Por lo tanto, tienen un momento específico para realizarse y una forma específica para aplicarlas, de modo que el estrés en la planta sea el mínimo y nuestra probabilidad de éxito sea alta.

Entonces, cuando aplicamos mal una técnica, podemos matar parte del árbol o, en el peor de los casos, perderlo por completo.

Trasplante:

El trasplante es importante hacerlo en la fecha adecuada, idealmente cuando el árbol va a comenzar su actividad vegetativa, o sea, a fines del invierno o principios de primavera. ¿Por qué es importante la fecha? Porque en bonsái, los trasplantes van acompañados de podas fuertes de raíces, por lo que la idea es que el árbol se active cercano a esa fecha. Si hacemos un trabajo intenso en las raíces, por ejemplo a principios de invierno, ese sistema radicular deberá esperar toda la época de dormancia del árbol, y cualquier herida quedará expuesta a patologías.

Ahora, cuando uno tiene muchos árboles, es necesario comenzar antes. En ese caso, se eligen los árboles más resistentes al trasplante, y se puede hacer un poco antes, durante el invierno, o con aquellos en los que estés seguro de que el trabajo en raíces no será muy fuerte.

Pero no todo es así, no hay una regla que funcione para todos los árboles. Hay especies que es mejor trasplantar a fines de primavera o comienzos de verano. Entonces, ahí es importante tener claro los requerimientos de cada especie. Una mala fecha de trasplante puede matar tu árbol, y una mala aplicación de la técnica también, como por ejemplo podar las raíces incorrectas o dejar mal anclado el árbol. En cuanto a esto último, el dejar suelto o mal anclado el árbol va a generar movimiento dentro de la maceta. Ese movimiento va a impedir que el sistema radicular se afirme en el nuevo sustrato, provocando problemas que podrían matar el árbol o parte de él.

Alambrado:

Esta técnica, que utilizamos para modelar nuestros árboles, debe aplicarse con mucho cuidado. Aunque es poco común que un árbol muera por un alambrado mal hecho —tendrías que esforzarte bastante para lograrlo—, sí es frecuente que, por falta de experiencia, se dañen partes importantes o incluso se pierdan ramas.

Lo primero que debes considerar es conocer bien la especie que vas a alambrar, ya que algunas son extremadamente delicadas y otras mucho más resistentes.

Por ejemplo, la azalea, en mi experiencia, es una de las especies más frágiles para esta técnica. Son muy sensibles. Por eso, al momento de aplicar movimiento con el alambre, te recomiendo hacerlo de forma muy suave y progresiva. Si tienes una azalea en el jardín y no te dolería perder una rama, úsala para practicar y así calibrar tu fuerza antes de trabajar con un ejemplar más valioso. Si estás dando tus primeros pasos en el alambrado, evita comenzar con una azalea… podrías quedarte sin ramas que alambrar.

En cambio, hay especies mucho más tolerantes, como el junípero. Aunque dentro de los juníperos hay variedades más o menos flexibles —por ejemplo, el San José es uno de los menos maleables—, esta especie tiene una ventaja: puede redirigir el flujo de savia a través del tronco. Esto significa que, incluso si se produce alguna pequeña rotura al alambrar o doblar, la rama muchas veces sigue viva. De todas formas, lo ideal siempre es evitar dañar la madera innecesariamente.


Poda:

Otra técnica que se utiliza mucho en bonsái. Al igual que la poda en árboles o arbustos de un jardín, hay ciertas reglas que debes seguir. Cuando se trata de poda de ramas pequeñas o pinzado (poda de los brotes nuevos), normalmente no hay problema en la mayoría de las especies, pero hay muchas excepciones.

Por ejemplo, la mayoría de los árboles latifoliados o de hoja caduca aceptan muy bien esta poda suave, porque las hojas que están por detrás de la poda suelen tener brotes axilares desde donde el árbol vuelve a brotar. Ahora, un caso distinto podría ser el pino. El pino genera brotes nuevos en las puntas, y si podamos atrás y eliminamos esos brotes nuevos, es muy difícil que brote en las acículas viejas. Hay pinos que sí lo hacen, pero en otros puedes perder la rama. Asegúrate de estudiar la especie antes de empezar a cortar.

El otro problema de la poda es cuando es estructural. Llamamos poda estructural a la eliminación de ramas grandes e importantes. Esto, por lo general, se hace en los meses con menos flujo de savia, en algunos casos otoño y en otros invierno. La eliminación de una rama grande en un momento erróneo puede terminar en mucha pérdida de savia y en que la rama muera hacia atrás. Por eso, siempre se recomienda dejar una parte de la rama por si retrocede. Pero si lo haces en el momento correcto, no deberías tener problemas: el retroceso será poco y la pérdida de savia menor.

Por último, mantén tus herramientas desinfectadas, ya que puedes traspasar enfermedades de un árbol a otro. Al momento de podar, debemos evitar este cruce de enfermedades que claramente puede afectar la salud de tu bonsái.

Yamadori:

Ir de yamadori es, sin duda, una de mis actividades preferidas del invierno. Te embarcas en una aventura de búsqueda de un ejemplar con características únicas, un árbol que su entorno ha modelado por años y que tú tienes la posibilidad de encontrar y, posteriormente, transformar en un bonsái de calidad.

Pero, así como me entretiene, también es una gran responsabilidad ir de yamadori. No se trata simplemente de sacar árboles para que luego mueran. Lamentablemente, yo he tenido un par de pérdidas, y en esas ocasiones fue por la dificultad de la especie, ya que eran especies bastante delicadas.

Así que aquí te va el primer consejo: comienza recolectando especies fuertes. En Chile, se realiza mucha recolección de olivo y olmo en la zona central, y una de las razones es que se encuentra buen material, pero además son especies muy resistentes.

¿Pero qué pasa cuando se trata de una especie más delicada? ¿En qué debemos fijarnos?

Lo primero: cuando comiences a descubrir las raíces, si no ves raíces pequeñas cerca del tronco, significa que, por las características del suelo del lugar, las raíces tuvieron que ir lejos a buscar agua y nutrientes. En este caso, si cortas esas raíces para llevarte el árbol, no habrá suficientes raíces cercanas para mantenerlo vivo.

Segundo: te recomiendo sacar el árbol con tierra del lugar y hacer la transición de esta tierra al sustrato de bonsái de manera gradual. Hay personas que prefieren hacerlo a raíz desnuda, pero yo he comprobado que, con algunas especies nativas, si no hago el cambio de manera gradual, los árboles se mueren.

Tercero: trata de mantener un equilibrio entre la masa verde y el pan de raíces que lograste rescatar del árbol. Recuerda que ese sistema radicular debe ser capaz de mantener vivo el follaje; si es demasiado, las raíces no darán abasto. Así que remueve todo el verde que sea exceso.

Y cuarto: lo mismo que mencioné antes en el apartado de trasplante, el anclaje debe ser perfecto. El árbol no debe moverse de su lugar.

No te voy a decir que esto es lo único a lo que tienes que estar pendiente para asegurar que no se te mueran tus árboles, pero creo que son los puntos más importantes a los que debes estar atento desde mi experiencia. Recuerda que aquí te cuento solo lo que yo he vivido en estos años en el camino del bonsái.

Sustrato que utilizaba en mi estadía en Koju-en. Una mezcla de 80% Akadama, 18% Kiryu y 2% Grava volcánica.

Mi sistema de riego, aplicación por goteo y aspersión.

Mi sistema de aspersores en acción.

Trasplante realizado en Koju-en a principios de primavera. Un sistema radicular compuesto en su mayoría de raicillas finas, que nos permitió remover raíces gruesas sin peligro para este Juniperus.

Trabajo de Otoño sobre este Pino Mugo. Eliminación de algunas ramillas mal ubicadas.

Lindo yamadori que murió durante su post recolección.

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